Nada más acabar los exámenes de la segunda evaluación, el jueves 15 de Mayo, los alumnos de 1º de bachiller madrugamos para coger un autobús dirección Valencia para compartir juntos dos días intensos.

Lo primero que hicimos al llegar a la capital de la Comunidad Valenciana fue visitar libremente el famoso Océanografic, ¡con espectáculo de delfines incluido!

Para la hora de comer pudimos elegir entre todos los restaurantes de El Saler, y tras un breve descanso, fuimos a investigar por el Museo de las Artes y las Ciencias. Allí nos quedamos sorprendidos al ver todos los experimentos que había y  algunos pudimos ver como salían unos pollitos de sus huevos y experimentar con la electricidad.

Hacia las siete de la tarde, pudimos descansar viendo una película en 3D sobre la vida de los dinosaurios, y al salir tuvimos la suerte de encontrarnos con una fiesta relacionada con las fallas.

Después del rato libre hicimos una gymkana por todo el acuario y como ya estaba cerrado, disfrutamos solos de todas las instalaciones.

Cenamos en uno de los restaurantes, y tras un rato de tiempo libre, nos organizaron para dormir debajo de los tiburones. Esto fue lo más interesante del viaje, estuvimos con los sacos de dormir en un túnel en el que veíamos como todos los peces y tiburones pasaban sobre nuestras cabezas.

El despertar fue más duro, el día anterior habíamos madrugado mucho y no paramos en todo el día, y esa noche tampoco habíamos dormido todo lo necesario. Pero con un buen café seguimos nuestro día dirigiéndonos al centro de Valencia.

Pudimos ver muchas de las fallas que estaban plantadas en diferentes calles, inclusive la falla de la Plaza del Ayuntamiento. También visitamos la torre del Miguelete, subimos 270 escalones, pero una vez arriba se veía toda la ciudad y fue otro de los buenos momentos del viaje.

Estuvimos en una mascletá después de haber descansado en las terracitas del centro. Y comimos tranquilamente.

Cogimos el bus y con el viaje casi llegando a su fin, paramos porque no podíamos irnos sin probar la famosa horchata valenciana que gustó a algunos más que a otros.

Una vez en el bus y dispuestos todos a descansar, cada uno cogió su posición y viajamos hasta Zaragoza, agotados pero muy contentos.

Sofía Oliveros Pinilla.   (Alumna de 1º de Bachillerato B)

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